Reseñas

Jon Klassen nos invita a construir un mundo propio a través de la repetición y la acumulación de elementos en Tu bosque y Tu isla. En ambos libros, la narración se desarrolla con un ritmo pausado, donde cada página añade un nuevo componente al entorno, creando así un refugio personal y acogedor. Las páginas de cartón grueso facilitan el manejo para los más pequeños, permitiendo pasarlas con facilidad. Además, el material tiene una textura porosa, sin plastificar, lo que aporta una sensación más natural y ecológica, aunque demanda un trato más cuidadoso.

En Tu bosque, el lector va descubriendo elementos esenciales como el sol, los árboles, una cabaña, algunas rocas, un arroyo y un puente que permite cruzarlo. Todo ello se va ensamblando con una armonía visual en la que los elementos, con sus ojos abiertos y atentos, parecen compartir una mirada silenciosa con el lector. Como toque inesperado, un fantasma que solo aparece de noche añade un pequeño misterio al relato.

Por otro lado, Tu isla traslada esta misma estructura a un entorno marítimo. Aquí encontramos el sol, una palmera, unas plantas, una tienda de campaña, una fogata que nunca se apaga, un bote y un ave que va y viene. En lugar del fantasma, en esta historia el paso del tiempo se marca con la aparición de la luna, que observa la isla cuando todo ha quedado en calma.

Ambos libros, con sus ilustraciones en acuarela y formas geométricas simples, transmiten una sensación de tranquilidad y permanencia. Su estructura envolvente y repetitiva los convierte en una lectura perfecta antes de dormir, permitiendo a cada lector imaginar su propio refugio en el bosque o en la isla.

Estos libros forman parte de una trilogía que se completará con Tu granja, aún no editado en español. Con esta tercera entrega, Jon Klassen seguirá expandiendo su particular universo de pequeños mundos personales, construidos a partir de elementos esenciales y una narración pausada que invita a la contemplación y la imaginación.

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